Opción 2

Publicado el 15 de January del 2006 a las 9:01 pm.

Bajé de tu automóvil, comenzé a caminar sobre la cuesta, te vi en tu auto, y yo me vi llendo. Apreté tan fuerte para que mi corazón no exigiera a mis ojos a fluir, aguantarme cuanto pudiese el no llorar por saber que mañana no te vería, por saber que mi felicidad se iba en tus manos, por no ver tus ojos, por no ver tu sonrisa, por no ver a Orion desde el ruedo, ahí de pie los dos, en el frio, en el ruedo, viendo el cielo, mientras la vida nos abrazaba, ahí en el ruedo.

Sabes, te extraño, y no porque no te veré mañana, sino porque no te veo hoy. Te extraño no por lo que no viviremos, sino por lo que hoy ya no vivimos, te extraño.

Sabes, tenemos dos opciones:

  1. Llorar y sumergirnos en un espacio oscuro.
  2. Sonreir, sentir como la luz entra a la piel, flotar, amar, saber que estás aquí a un instante de distancia en mi mente, dentro de mi cuerpo, en la parte sentimental incontrolable y recíproca, que busca tus labios y deslizar lentamente mi lengua sobre la tuya, tu suave y cálida saliva entra en mi mente y me hace sonreir, porque estás en mi.

Yo, escojo la opción 2.

2 comentarios

  • Orion says:

    Orión es tuyo y está contigo. Allí… brillante en el cielo, pase lo que pase, sin importar el tiempo, la distancia, ni alguna otra condición humana, el estará siempre contigo. Bastará únicamente que así lo desees.

    No importa en donde estés… siempre estará a tu alcance con solo levantar tu mirada al firmamento, como aquella noche fría pero a la vez llena de energía y de sentimientos muy bellos y profundos.

    El estará esperando a que lo busques por algún sentimiento, necesidad o recuerdo que tengas… entonces debes mirar al cielo y volverás a sentirlo junto a tí. Solo él y tu. Alli, en la noche…

    Orión siempre tendrá su espada presta a auxiliarte cuando lo solicites, por el tierno y profundo sentimiento que despertaste en el, cuando vió que las tres estrellas de su cinturón jamás habían tenido una luz tan intensa y tan pura, como la que tuvieron aquella noche, justo cuando estabas en el centro del ruedo.

    Las estrellas de todas las demás constelaciones se volvieron sus lágrimas, lagrimas de plata, que ha estado derramando por no poder tenerte mas cerca. Sin embargo está allí, siempre a tu alcance. Siempre dependerá únicamente de ti, pues el siempre estará esperando a que vuelvas a llenar ese gran vacío que dejaste en su corazón.