Viernes, Sábado, Domingo… stars a mi alrededor, la constelación líquida sobre mi. Tiempos increíbles vivimos. Conforme la oscuridad acercaba la noche, las luces a nuestro alrededor se encendían, como lo han hecho nuestros cuerpos desde que nos conocimos, nos recordamos, nos tocamos, nos adentramos y estallamos en mil pedazos dentro de nuestras mentes, dejando salir el deseo que nos encadenó por tanto tiempo.
Gracias. Aun puedo salir, ver el cielo y tocarte, porque nunca te has ido.
Brilla sobre mi, que yo lo haré en ti.
Hoy, a poco mas de 8 meses de que se publicó esta nota, comparo la magia que existía entonces con la nueva realidad que hemos creado y siento una gran frustración. Siempre traté de brillar sobre ti, dando todo y más de mi.
Creo que aunque Orión apenas acaba de regresar del otro hemisferio, ante lo que ha encontrado a su regreso, preferiría regresar nuevamente al sur. Esas estrellas brillantes lucen opacas ahora, no se si se están muriendo o es simplemente que con la niebla que hemos creado aquí abajo, en el espacio en que ahora estamos, simplemente no pueden lucir brillantes como hace unos meses.
Hay un anillo que no se ha pulido, que está opaco igual que las estrellas, tal vez porque hay sentimientos egoistas y de inseguridad que ahora son mas importantes que el trabajo de limpiarlo a diario. Hubo una promesa de dar felicidad a esa constelación, pero hay promesas que se olvidan. La constelación está perdiendo estrellas.